Lecturas diarias: 575z6f
-
Primera Lectura
Éxodo 1:8-14, 22 152q1p
8Surgió en Egipto un nuevo rey que no había conocido a José,9y dijo a su pueblo:
—Mirad, el pueblo de los hijos de Israel es ya más numeroso y fuerte que nosotros.10Vamos, actuemos astutamente con él, para que no siga multiplicándose y suceda que, si se declara una guerra, se unan a nuestros enemigos, peleen contra nosotros y luego abandonen el país.11Así pues, les impusieron capataces que les oprimieran con duros trabajos mientras construían para el Faraón las ciudades de almacenaje Pitón y Ramsés.12Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y propagaban. Los egipcios llegaron a sentir pavor ante los hijos de Israel,13así que los esclavizaron con crueldad14y les llenaron su vida de amargura, imponiéndoles trabajos severos como el de la arcilla y los ladrillos, y toda clase de faenas del campo; a todo tipo de trabajos los sometieron con crudeza.22Entonces el Faraón dio a todo su pueblo esta orden:
—A todo niño que les nazca a los hebreos lo arrojaréis al Nilo; en cambio, a las niñas las dejaréis con vida. -
Salmo Responsorial
Salmo 124:1-8
1Canto de las subidas. De David.
Si el Señor no hubiera estado a favor nuestro —que lo diga Israel—,2si el Señor no hubiera estado a favor nuestro
cuando los hombres se alzaron contra nosotros,3nos habrían tragado vivos
en el ardor de su ira;4nos habrían arrastrado las aguas,
el torrente nos habría sumergido;5nos habrían sumergido las aguas impetuosas.6Bendito sea el Señor
que no nos entregó en presa de sus dientes.7Nuestra alma, como un pájaro,
se escapó del lazo de los cazadores: el lazo se rompió y nosotros escapamos.8Nuestro auxilio es el Nombre del Señor,
el que hizo cielo y tierra. -
Evangelio
Mateo 10:34--11:1
1034»No penséis que he venido a traer la paz a la tierra. No he venido a traer la paz sino la espada.35Porque he venido a enfrentar
al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra.36Y los enemigos del hombre
serán los de su misma casa.37»Quien ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y quien ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.38Quien no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.39Quien encuentre su vida, la perderá; pero quien pierda por mí su vida, la encontrará.40»Quien a vosotros os recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.41Quien recibe a un profeta por ser profeta obtendrá recompensa de profeta, y quien recibe a un justo por ser justo obtendrá recompensa de justo.42Y cualquiera que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por el hecho de ser discípulo, en verdad os digo que no quedará sin recompensa.111Cuando terminó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.