El Centro de Psicología Católica Areté lanza una nueva edición del diplomado virtual "Psicoterapia de la Reconciliación", modelo que parte de una antropología católica e integral al momento de atender los problemas y trastornos psicológicos.
La coordinadora del programa "Psicoterapia de la Reconciliación" y psicóloga asociada al Centro Areté, Paola Rodríguez Pacas, dijo que "muchas veces nos encontramos en la práctica profesional con que las técnicas y recursos con los que hemos sido formados no siempre son suficientes para generar cambios a largo plazo en el consultante, ya que muchas veces no logran abarcar al ser humano en su totalidad".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram 6q2l
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Este modelo de psicoterapia responde a esta limitación, pues está basado en la Antropología Católica que ve a la persona como "más que un proceso o impulso" y la reconoce como "libre, autónoma, invitada al amor y que posee dignidad de hijo de Dios". Por ello, plantea intervenir en el ser humano desde sus "tres dimensiones fundamentales: biológica, psicológica y espiritual", dijo.
Explicó que muchas veces "se parte de la idea de que el ser humano está fragmentado, separado del Amor y de su Creador, cuando su naturaleza es estar unificado y en consonancia" con ellos. En consecuencia, la persona "busca llenar ese espacio con lo primero que encuentra -vicios, compulsiones, actitudes, rencores-, y se da cuenta de que no lo logra".
Frente a ello, este enfoque no solo pretende reducir los síntomas y restablecer la estabilidad emocional del paciente, sino que busca ayudarlo a "identificar, aceptar, perdonar y reconciliar" sus heridas afectivas", consideradas como las primeras causas del trastorno o problema, y a potenciar sus cualidades, fortalezas y bienes personales para "vivir la Virtud".
Se trata de una "psicoterapia profunda" que plantea "una integración psíquica que facilite un cambio en sus cuatro relaciones fundamentales: con uno mismo, con Dios, con los demás, y con el mundo" y "propone que el 'pegamento unificador' será, en definitiva, el reconocerse amado incondicionalmente", afirmó.
