Lecturas diarias: 575z6f
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Primera Lectura
Gálatas 4:4-7 6a656k
4Pero al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley,5para redimir a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.6Y, puesto que sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abbá, Padre!»7De manera que ya no eres siervo, sino hijo; y como eres hijo, también heredero por gracia de Dios.OR
Efesios 1:3-6, 11-12
3Bendito sea el Dios y Padre
de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos,4ya que en él nos eligió
antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor;5nos predestinó a ser sus hijos adoptivos
por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad,6para alabanza y gloria de su gracia,
con la cual nos hizo gratos en el Amado;11por quien también fuimos constituidos herederos, predestinados según el designio de quien realiza todo con arreglo al consejo de su voluntad,12para que nosotros, los que antes habíamos esperado en el Mesías, sirvamos para alabanza de su gloria. -
Salmo Responsorial
Lucas 1:46-55
46María exclamó:
—Engrandece mi alma al Señor,47y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador:48porque ha puesto los ojos
en la humildad de su esclava; por eso desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones.49Porque ha hecho en mí cosas grandes
el Todopoderoso, cuyo nombre es Santo;50su misericordia se derrama de generación
en generación sobre los que le temen.51Manifestó el poder de su brazo,
dispersó a los soberbios de corazón.52Derribó de su trono a los poderosos
y ensalzó a los humildes.53Colmó de bienes a los hambrientos
y a los ricos los despidió vacíos.54Auxilió a Israel su siervo,
recordando su misericordia,55como había prometido a nuestros padres,
Abrahán y su descendencia para siempre. -
Evangelio
Lucas 1:39-57
39Por aquellos días, María se levantó y marchó deprisa a la montaña, a una ciudad de Judá;40y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.41Y cuando oyó Isabel el saludo de María, el niño saltó en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo;42y exclamando en voz alta, dijo:
—Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre.43¿De dónde a mí tanto bien, que venga la madre de mi Señor a visitarme?44Pues en cuanto llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno;45y bienaventurada la que ha creído, porque se cumplirán las cosas que se le han dicho de parte del Señor.46María exclamó:
—Engrandece mi alma al Señor,47y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador:48porque ha puesto los ojos
en la humildad de su esclava; por eso desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones.49Porque ha hecho en mí cosas grandes
el Todopoderoso, cuyo nombre es Santo;50su misericordia se derrama de generación
en generación sobre los que le temen.51Manifestó el poder de su brazo,
dispersó a los soberbios de corazón.52Derribó de su trono a los poderosos
y ensalzó a los humildes.53Colmó de bienes a los hambrientos
y a los ricos los despidió vacíos.54Auxilió a Israel su siervo,
recordando su misericordia,55como había prometido a nuestros padres,
Abrahán y su descendencia para siempre.56María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.57Entretanto le llegó a Isabel el tiempo del parto, y dio a luz un hijo.