Lecturas diarias: 575z6f
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Primera Lectura
Colosenses 1:1-8 1y3v6l
1Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, y Timoteo, el hermano,2a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, estén con vosotros.3Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, orando siempre por vosotros,4al llegarnos noticias de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis a todos los santos,5a causa de la esperanza en lo que os está reservado en los cielos. De ello ya habéis sido instruidos al recibir la palabra de la verdad, el Evangelio6que os llegó y que da fruto y crece entre vosotros como en todo el mundo, desde el día en que oísteis y conocisteis de verdad la gracia de Dios.7Así lo aprendisteis de Epafras, nuestro amado compañero en el servicio, que hace las veces de nosotros como fiel ministro de Cristo8y que también nos manifestó vuestro amor en el Espíritu. -
Salmo Responsorial
Salmo 52:10-11
10Yo, como verde olivo en la Casa de Dios,
espero en la misericordia de Dios, por siempre, sin fin.11Te daré gracias siempre por lo que has hecho.
Espero en tu Nombre, porque eres bueno con tus fieles. -
Evangelio
Lucas 4:38-44
38Saliendo Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón tenía una fiebre muy alta, y le rogaron por ella.39E inclinándose hacia ella, conminó a la fiebre, y la fiebre desapareció. Y al instante, ella se levantó y se puso a servirles.40Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos con diversas dolencias se los traían. Y él, poniendo las manos sobre cada uno, los curaba.41De muchos salían demonios gritando y diciendo:
—¡Tú eres el Hijo de Dios! Y él, increpándoles, no les dejaba hablar porque sabían que él era el Cristo.42Cuando se hizo de día, salió hacia un lugar solitario, y la multitud le buscaba. Llegaron hasta él, e intentaban detenerlo para que no se alejara de ellos.43Pero él les dijo:
—Es necesario que yo anuncie también a otras ciudades el Evangelio del Reino de Dios, porque para esto he sido enviado.44E iba predicando por las sinagogas de Judea.
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Primera Lectura
2 Corintios 4:1-2, 5-7
1Por eso, teniendo este ministerio por la misericordia que se nos hizo, no desfallecemos.2Antes bien, nos abstuvimos de los disimulos vergonzosos, no procediendo con astucia ni falsificando la palabra de Dios, sino recomendándonos a nosotros mismos ante toda conciencia humana por la manifestación de la verdad delante de Dios.5Pues no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por Jesús.6Porque el mismo Dios que mandó: «Del seno de las tinieblas brille la luz», hizo brillar la luz en nuestros corazones, para que irradien el conocimiento de la gloria de Dios que está en el rostro de Cristo.7Pero llevamos este tesoro en vasos de barro, para que se reconozca que la sobreabundancia del poder es de Dios y que no proviene de nosotros: -
Salmo Responsorial
Salmo 96:1-3, 7-8, 10
1Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, la tierra entera.2Cantad al Señor, bendecid su Nombre,
anunciad, día tras día, su salvación.3Proclamad su gloria a las naciones,
sus maravillas a todos los pueblos.7Rendid al Señor, familias de los pueblos,
rendid al Señor gloria y poder.8Rendid al Señor la gloria de su Nombre.
Llevad ofrendas, entrad en sus atrios.10Decid a las naciones: «El Señor reina.
Él afianza el orbe, y no vacilará. Él juzga a los pueblos con rectitud». -
Evangelio
Lucas 22:24-30
24Entonces se suscitó entre ellos una disputa sobre quién sería considerado el mayor.25Pero él les dijo:
—Los reyes de las naciones las dominan, y los que tienen potestad sobre ellas son llamados bienhechores.26Vosotros no seáis así; al contrario: que el mayor entre vosotros se haga como el menor, y el que manda como el que sirve.27Porque ¿quién es mayor: el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Sin embargo, yo estoy en medio de vosotros como quien sirve.28»Vosotros sois los que habéis permanecido junto a mí en mis tribulaciones.29Por eso yo os preparo un Reino como mi Padre me lo preparó a mí,30para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino, y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.