Lecturas diarias: 575z6f
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Primera Lectura
Génesis 28:10-22 4d6b4v
10Jacob partió de Berseba y se dirigió a Jarán.11Al llegar a un cierto lugar, se dispuso a pasar allí la noche porque se había puesto el sol; tomó una piedra de aquel lugar y, colocándosela como cabecera, se acostó allí mismo.12Entonces tuvo un sueño: una escala apoyada sobre la tierra tenía la cima tocando el cielo, y los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.13El Señor estaba sobre ella y le dijo:
—Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abrahán, el Dios de Isaac; voy a darte a ti y a tu descendencia la tierra sobre la que estás acostado.14Tu descendencia será como el polvo de la tierra, te extenderás al este y al oeste, al norte y al sur, y en ti y en tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra.15Yo estaré contigo y te guardaré donde quiera que vayas, haciéndote volver a esta tierra, pues no te abandonaré hasta que haya cumplido lo que te he dicho.16Cuando Jacob despertó del sueño, exclamó:
—El Señor está realmente en este lugar y yo no lo sabía.17Y lleno de temor añadió:
—¡Qué terrible es este lugar! Esto no es sino la casa de Dios y la puerta del cielo.18Se levantó Jacob muy de mañana y, tomando la piedra que había colocado de cabecera, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella.19Y llamó a aquel lugar Betel (aunque al principio el nombre de la ciudad era Luz).20Entonces Jacob hizo un voto diciendo:
—Si Dios está conmigo y me guarda en este viaje que hago, si me proporciona pan para comer y ropa para vestirme,21y vuelvo con bien a casa de mi padre, el Señor será mi Dios.22Esta piedra que he erigido como estela será una casa de Dios, y de todo lo que me concedas te ofreceré el diezmo. -
Salmo Responsorial
Salmo 91:1-4, 14-15
1El que habita al amparo del Altísimo
morará a la sombra del Omnipotente.2Dice al Señor: «Refugio mío,
fortaleza mía, Dios mío en quien confío».3Él te librará de la red del cazador,
de la peste destructora.4Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas encontrarás refugio: su fidelidad es escudo y coraza.14Porque se ha unido a Mí, lo libraré,
porque reconoce mi Nombre, lo engrandeceré.15Me invocará y Yo le escucharé;
con él estaré en la tribulación, lo libraré y lo glorificaré. -
Evangelio
Mateo 9:18-26
18Mientras les decía estas cosas, un hombre importante se acercó, se postró ante él y le dijo:
—Mi hija se acaba de morir, pero ven, pon la mano sobre ella y vivirá.19Jesús se levantó y le siguió con sus discípulos.20En esto, una mujer que padecía flujo de sangre hacía doce años, acercándose por detrás, tocó el borde de su manto,21porque se decía a sí misma: «Con sólo tocar su manto me curaré».22Jesús se volvió y mirándola le dijo:
—Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado. Y desde ese mismo momento quedó curada la mujer.23Cuando llegó Jesús a la casa de aquel hombre y vio a los músicos fúnebres y a la gente alterada, comenzó a decir:24—Retiraos; la niña no ha muerto, sino que duerme.
Pero se reían de él.25Y, cuando echaron de allí a la gente, entró, la tomó de la mano y la niña se levantó.26Y esta noticia corrió por toda aquella comarca.