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Viernes de la Octava de Pascua 1451n

abril 25, 2025 661l3s

Color: Blanco 6pt11

Lecturas diarias: 575z6f

  • Primera Lectura

    Hechos 4:1-12 681i4y

    1Mientras hablaban ellos al pueblo se les presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del Templo y los saduceos,
    2molestos porque enseñaban al pueblo y anunciaban en Jesús la resurrección de los muertos.
    3Les prendieron y metieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque ya había anochecido.
    4Muchos de los que habían oído la palabra creyeron, y el número de los hombres llegó a ser de unos cinco mil.
    5Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los jefes de los judíos, los ancianos y los escribas,
    6así como Anás, el sumo sacerdote, Caifás, Juan, Alejandro y todos los que eran de la familia de los príncipes de los sacerdotes.
    7Les hicieron comparecer en el centro y les preguntaron:
    —¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho vosotros esto?
    8Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les respondió:
    —Jefes del pueblo y ancianos,
    9si nos interrogáis hoy sobre el bien realizado a un hombre enfermo, y por quién ha sido sanado,
    10quede claro a todos vosotros y a todo el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por él se presenta éste sano ante vosotros.
    11Él es la piedra que, rechazada por vosotros los constructores, ha llegado a ser la piedra angular.
    12»Y en ningún otro está la salvación; pues no hay ningún otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, por el que tengamos que ser salvados.
  • Salmo Responsorial

    Salmo 118:1-2, 4, 22-27

    1¡Aleluya!
    Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
    2Diga Israel: «El Señor es bueno.
    Eterna es su misericordia».
    4Digan los que temen al Señor:
    «Eterna es su misericordia».
    22La piedra que desecharon los constructores
    ésta ha llegado a ser la piedra angular.
    23Es el Señor quien ha hecho esto
    y es irable a nuestros ojos.
    24Éste es el día que hizo el Señor,
    exultemos y alegrémonos en él.
    25¡Señor, dame la salvación!
    ¡Señor, dame prosperidad!
    26Bendito el que viene en Nombre del Señor.
    Os bendecimos desde la Casa del Señor.
    27El Señor es Dios, Él nos ilumina.
    Disponed ceremonia solemne con ramos frondosos hasta los ángulos del altar.
  • Evangelio

    Juan 21:1-14

    1Después volvió a aparecerse Jesús a sus discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se apareció así:
    2estaban juntos Simón Pedro y Tomás —el llamado Dídimo—, Natanael —que era de Caná de Galilea—, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos.
    3Les dijo Simón Pedro:
    —Voy a pescar. Le contestaron: —Nosotros también vamos contigo. Salieron y subieron a la barca. Pero aquella noche no pescaron nada.
    4Cuando ya amaneció, se presentó Jesús en la orilla, pero sus discípulos no se dieron cuenta de que era Jesús.
    5Les dijo Jesús:
    —Muchachos, ¿tenéis algo de comer? —No —le contestaron.
    6Él les dijo:
    —Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. La echaron, y casi no eran capaces de sacarla por la gran cantidad de peces.
    7Aquel discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro:
    —¡Es el Señor! Al oír Simón Pedro que era el Señor se ató la túnica, porque estaba desnudo, y se echó al mar.
    8Los otros discípulos vinieron en la barca, pues no estaban lejos de tierra, sino a unos doscientos codos, arrastrando la red con los peces.
    9Cuando descendieron a tierra vieron unas brasas preparadas, un pez encima y pan.
    10Jesús les dijo:
    —Traed algunos de los peces que habéis pescado ahora.
    11Subió Simón Pedro y sacó a tierra la red llena de ciento cincuenta y tres peces grandes. Y a pesar de ser tantos no se rompió la red.
    12Jesús les dijo:
    —Venid a comer. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Tú quién eres?», pues sabían que era el Señor.
    13Vino Jesús, tomó el pan y lo distribuyó entre ellos, y lo mismo el pez.
    14Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

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