Lecturas diarias: 575z6f
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Primera Lectura
Números 21:4-9 3q2o3p
4Partieron desde el monte Hor camino del Mar Rojo rodeando la tierra de Edom, y en el camino desfalleció el ánimo del pueblo.5El pueblo habló contra Dios y contra Moisés:
—¿Por qué nos habéis hecho subir de Egipto para morir en este desierto, donde no hay pan ni agua y nuestra alma no puede más con este alimento tan ligero?6El Señor les envió serpientes venenosas que mordieron al pueblo, y murió mucha gente de Israel.7Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo:
—Hemos pecado porque hemos hablado contra el Señor y contra ti. Ruega al Señor que aparte de nosotros las serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.8El Señor dijo a Moisés:
—Haz una serpiente venenosa y ponla sobre un mástil, y todo el que haya sido mordido y la mire, vivirá.9Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un mástil, y si alguien había sido mordido por una serpiente, miraba fijamente la serpiente de bronce y vivía. -
Salmo Responsorial
Salmo 102:2-3, 16-21
2Señor, escucha mi oración,
llegue hasta Ti mi clamor.3No me escondas tu rostro;
el día de mi angustia, inclina tu oído hacia mí; el día en que te invoco, date prisa en escucharme.16Las gentes temerán tu Nombre, Señor,
y todos los reyes de la tierra, tu gloria,17cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,18y atienda la plegaria del necesitado
y no desdeñe su oración.19Que se escriban estas cosas para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.20Pues el Señor observa desde lo alto de su santuario,
mira desde el cielo hacia la tierra,21para escuchar el lamento de los cautivos,
y librar a los condenados a muerte; -
Evangelio
Juan 8:21-30
21Jesús les dijo de nuevo:
—Yo me voy y me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado; adonde yo voy vosotros no podéis venir.22Los judíos decían:
—¿Es que se va a matar y por eso dice: «Adonde yo voy vosotros no podéis venir»?23Y les decía:
—Vosotros sois de abajo; yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo; yo no soy de este mundo.24Os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados.25Entonces le decían:
—¿Tú quién eres? Jesús les respondió: —Ante todo, lo que os estoy diciendo.26Tengo muchas cosas que hablar y juzgar de vosotros, pero el que me ha enviado es veraz, y yo, lo que le he oído, eso hablo al mundo.27Ellos no entendieron que les hablaba del Padre.28Les dijo por eso Jesús:
—Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que como el Padre me enseñó así hablo.29Y el que me ha enviado está conmigo; no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada.30Al decir estas cosas, muchos creyeron en él.