Lecturas diarias: 575z6f
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Primera Lectura
Hebreos 2:5-12 6l1yi
5Porque Dios no sometió a los ángeles el mundo futuro del que hablamos.6Por eso, se afirmó en cierto lugar de este modo:
¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre para que te ocupes de él?7Le has hecho sólo un poco inferior a los ángeles
y le has coronado de gloria y honor.8Todo lo has sometido bajo sus pies.
Al someter todo al hombre no dejó nada sin someterle. Sin embargo, ahora no vemos que todo le esté ya sometido.9En cambio, a aquel que fue hecho por un momento inferior a los ángeles, a Jesús, le vemos coronado de gloria y honor a causa de la muerte padecida. De modo que, por gracia de Dios, experimentó la muerte en beneficio de todos.10Porque convenía que Aquel para quien y por quien son todas las cosas, habiéndose propuesto llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase mediante los sufrimientos al que iba a llevarlos a la salvación.11Porque quien santifica y quienes son santificados vienen todos de uno solo; por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos,12y dice:
Anunciaré tu nombre a mis hermanos y en medio de la iglesia te alabaré. -
Salmo Responsorial
Salmo 8:2, 5-9
2¡Dios y Señor nuestro,
qué irable es tu Nombre en toda la tierra! Has exaltado tu majestad sobre los cielos.5¿qué es el hombre, para que de él te acuerdes,
y el hijo de Adán, para que te cuides de él?6Lo has hecho poco menor que los ángeles,
le has coronado de gloria y honor.7Le das el mando sobre las obras de tus manos.
Todo lo has puesto bajo sus pies:8ovejas y bueyes,
bestias del campo,9aves del cielo, peces del mar,
cuanto cruza las rutas del piélago. -
Evangelio
Marcos 1:21-28
21Entraron en Cafarnaún y, en cuanto llegó el sábado, fue a la sinagoga y se puso a enseñar.22Y se quedaron irados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene potestad y no como los escribas.23Se encontraba entonces en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu impuro,24que comenzó a gritar:
—¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a perdernos? ¡Sé quién eres: el Santo de Dios!25Y Jesús le conminó:
—¡Cállate, y sal de él!26Entonces, el espíritu impuro, zarandeándolo y dando una gran voz, salió de él.27Y se quedaron todos estupefactos, de modo que se preguntaban entre ellos:
—¿Qué es esto? Una enseñanza nueva con potestad. Manda incluso a los espíritus impuros y le obedecen.28Y su fama corrió pronto por todas partes, en toda la región de Galilea.