El rabino Abraham Skorka, quien tuvo una gran amistad con el Papa Francisco y fue uno de los protagonistas del diálogo interreligioso, pieza fundamental de su pontificado, asistió a la Misa de inicio de pontificado de León XIV.
En una entrevista radial, el rabino precisó que llegó a Roma invitado por el arzobispo Flavio Pace, secretario del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. El gesto significó para él que “lo que pudimos hacer juntos, el Papa Francisco y yo, no lo consideran como una cuestión meramente circunstancial, sino con una proyección de trascendencia”, lo que considera “muy importante”.
En la celebración “nos honraron realmente como judíos de una manera especial, nos dieron un lugar muy especial, y presenciamos todo el servicio religioso, propiamente dicho, la Misa de inauguración de León XIV”, señaló.
“Hay un gesto que quiero subrayar, muy lindo, que tuvo el presidente de Israel, Herzog, que se acercó a saludar a todo el grupo”, destacó. “Fue un gesto de humildad, un gesto de cariño, un gesto de hermandad”, consideró.
Al día siguiente, los representantes de todos los credos “nos reunimos en la sala clementina del Palacio Apostólico. Escuchamos las palabras de León XIV, palabras de paz, palabras de que sigamos con el diálogo, enfaticemos el diálogo”, resumió.
Al saludar al Santo Padre, el rabino Skorka le entregó el libro que escribió junto al entonces Jorge Bergoglio, cuando aún estaba en Buenos Aires. “En ese momento, como decimos vulgarmente, le cayó la moneda y dijo: argentino. Con esa palabra quiso sintetizar que se dio cuenta. Y al final, después le pasé el libro a un asistente de él y le dije, mire, dentro del libro le puse una tarjetita con mi nombre, mi teléfono y mi dirección electrónica”, relató.